En Áltima creemos que una empresa comprometida con la sociedad ha de relacionar necesariamente su éxito profesional con el progreso de la comunidad de la que forma parte. En este sentido, y más allá de acompañar a las familias en el duro tránsito de despedir a un  ser querido, creemos que debemos abordar también todos aquellos aspectos de la vida que estén relacionados de un modo u otro con la experiencia de la muerte. 

La muerte es uno de los grandes temas de la vida. Valoramos la existencia porque un día partiremos, construimos para legar, vivimos para ser recordados. En Áltima tenemos el honor de trabajar con uno de los temas que más sentido otorga a la vida, pero al que, como sociedad, hemos decidido darle la espalda. 

Más allá de brindar nuestros servicios con la excelencia que nos caracteriza, nos hemos propuesto el ambicioso desafío de ser la primera empresa de servicios funerarios que no da la espalda a la muerte, sino que la honra como el que es: una parte de la vida. 

La muerte no consiste solo en el momento de partir, es el legado que queremos dejar, el modo en que nos van a recordar, la huella que va a quedar de nuestro paso por la vida. ¿No sería maravilloso poder empezar a relacionarnos con ella con algo menos de miedo, con un poco menos de recelo? Más allá de continuar trabajando todos los días en la excelencia, el respeto, la naturalidad y la empatía con la que desarrollamos nuestra labor, en Áltima queremos aportar nuestro granito de arena para hacer que esto sea posible. 

Creemos que se trata de un propósito elevado que nos enorgullece perseguir y que guiará como un faro todas nuestras acciones y todas nuestras metas. Hacer que, poco a poco, podamos comprender y honrar la muerte como lo que en definitiva es: una parte de la vida